jueves, 19 de marzo de 2015

Crítica y defensa del doblaje

El doblaje tiene muchos detractores, especialmente en países donde esta práctica no es común. Los contrarios a esa práctica alegan que devalúa las películas o los programas de televisión, pues las bandas de sonido originales están más cercanas a lo que ha creado el director de la producción. En algunos casos, el doblaje puede hacer la película menos auténtica. En casos de doblajes de mala calidad la sincronización del movimiento de los labios de los personajes a la hora de hablar puede perderse.



Los defensores del doblaje sostienen que el subtitulado "contamina la imagen del original",1 que en el subtitulado existe una notable reducción del texto de partida y que distrae al espectador, pues no puede estar del todo concentrado en la imagen de la película por estar pendiente del subtitulado, además de que hay varias personas (los invidentes y los ancianos) que no pueden leer los subtítulos e incluso personas sin discapacidad visual que, por problemas de visión o por edad (corta o avanzada) la subtitulación se convierte en un problema.

En muchos países europeos no anglófonos, las películas de Hollywood se doblan regularmente y, algunas personas, mantienen que una traducción creativa (no necesariamente fiel a las palabras inglesas originales) pueden o no traer más diversión a las películas, de modo que audiencias más exigentes no las encuentren aburridas, pero olvidando el significado real de la traducción. En Hungría es común que los traductores creen el texto húngaro para rimar en las comedias y las historietas con los artistas locales reconocidos que proporcionan sus voces para leerlo. El ejemplo más famoso es quizás el de la serie animada Los Picapiedra, con su texto húngaro entero en rimas.


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